A comienzos del siglo pasado se construyeron en Bogotá varios pasajes comerciales, antecesores de los grandes almacenes y los centros comerciales. El Pasaje Hernández es uno de ellos. Situado en la calle doce entre carreras séptima y novena, se consolidó como un lugar donde los bogotanos elegantes encargaban sus trajes a connotados sastres de la época.
Así como algunas sastrerías ocupan todavía el segundo piso del pasaje, en el primero continúan funcionando varios almacenes de ropa que evocan esa época en la cual la exhibición de mercancía pierde toda significación práctica -en términos de valor de uso y valor de cambio- para convertirse en espacio representacional de los ideales del progreso, la necesidad de estar a la altura de las grandes metrópolis, poseer lo actual, lo nuevo y, por supuesto, una imagen decididamente moderna.
La Exhibición Ideal ganó el segundo premio en el Primer Salón Bidimensional, 2005.
